El viernes pasado se puso a la venta la Xbox One y ya hace unos cuantos días que podemos adquirir la PS4, la dura batalla por la campaña navideña está en marcha. Ambos contendientes utilizarán sus mejores armas para convencernos y llevarnos al huerto, porque eso es lo que pretenden Sony y Microsoft, llevarnos al huerto.

    En noviembre de 2005 la Xbox 360 salía a la venta y un año mas tarde lo hacía la PS3, estas dos consolas suponían un gran salto cualitativo respecto a sus predecesoras, tan grande fue este salto que los juegos no eran capaces de aprovechar el potencial que con el tiempo vimos que tenían. Una tercera consola, en este caso de Nintendo, la Wii, demostraba que había más caminos a seguir y se diferenciaba no por una gran potencia sino por una interacción  totalmente nueva con la consola generando enormes posibilidades. Con el paso del tiempo acabaron por quedarse cortas de potencia para seguir la evolución de los juegos y una vez adaptados sus propios sistemas al estilo wii, Kinect para Xbox y PS Eye para la Playstation, tocaba renovar sus consolas y adaptarse a los tiempos.

    Me habría encantado ver las reuniones de directivos de ambas compañías discutiendo sobre cuales serían sus bazas para la nueva generación, básicamente porque no tienen ninguna que les asegure un éxito a corto-medio plazo. La dura realidad es que ambas consolas son "iguales", sin nada nuevo y actualizadas para correr juegos más actuales. Ni siquiera eso lo hacen del todo bien, su hardware es más bien "comedido" y no podrían mover los juegos más exigentes que hay actualmente para PC con una calidad equiparable, y quien espere juegos en 4K, pues eso, que siga esperando. No solo no se han molestado en desarrollar un hardware propio, han cogido el de un PC medio-alto y lo han adaptado, famoso es ya el incidente del PC corriendo las demos de Xbox One en el E3. En definitiva, unas consolas next-gen que tienen poco de next-gen y que vivirán de los usuarios que buscan comodidad y títulos exclusivos de cada plataforma.


    Pero la guerra de las consolas a pocos años vista será muy diferente y Sony corre el riesgo de quedarse fuera, y digo Sony porque Microsoft cuenta con el respaldo de Windows, plataforma que sin duda seguirá contando con los juegos más potentes e infinidad de periféricos. En cambio Sony tiene la plataforma Playstation con la PS4 y la PsVita, que cuenta con unos 77 millones de usuarios según la Wikipedia, podemos compararlo con los 400 millones de cuentas asociadas a la Appstore de Apple o los usuarios de Android que incluso superan esa cifra y así darnos cuenta de donde está realmente el negocio.

    iOS y Android son las dos grandes plataformas que coparán las ventas dentro de poco. Un ejemplo que goza de cierta popularidad es Ouya, la primera de muchas consolas que utilizarán Android. Apple por su parte con la inclusión del soporte de mandos externos para jugar en iOS 7 hace toda una declaración de intenciones, habiendo adquirido también la empresa PrimeSense que desarrolló la plataforma Kinect de Microsoft y su Apple TV, que está aún por renovar, nos encontramos con todos los elementos necesarios para un éxito asegurado, solo falta que los desarrolladores empiecen a adaptar y/o crear juegos para usar con estos mandos. Es cierto que sus chips ARM aún no gozan de la potencia necesaria para competir con las nuevas consolas, pero su rápida evolución nos hace presagiar un futuro muy prometedor para ellos.



La guerra de consolas

    Estos días estoy inmerso en la búsqueda de mi nuevo teléfono móvil, son tantos los modelos y características a tener en cuenta que no es sencillo elegir. A la hora de dar prioridad a las características que debe tener, la cámara sin duda ocupa un puesto preferente en mi lista, que os voy a contar si en su momento hasta me compré un Sony Ericsson t226, uno de los primeros teléfonos en contar con cámara aunque esta fuese un módulo aparte que se le acoplaba. Así que manos a la obra, a leer análisis y mirar comparativas de fotos de los últimos modelos. El ganador en el apartado de la cámara es el Lumia 1020, aunque son muchos los que cumplen con creces, cumplen tan bien que por fin creo que voy a jubilar mi cámara compacta.

    Negar que los móviles acabarán con las cámaras compactas es negar lo evidente y si miramos los resultados de los principales fabricantes queda más que claro. Canon ha visto reducidas sus ventas un 26% en el segundo trimestre de 2013 respecto al mismo trimestre  del año anterior y Nikon un 30%, lo mismo le ocurre al resto de fabricantes, es una tendencia generalizada. El mercado está masificado y los nuevos modelos no aportan grandes mejoras, incluso diría que no mucho más que simples cambios de apariencia para hacerlas más atractivas. Por otro lado los móviles han mejorado este apartado de manera increíble, estabilización óptica, sensores mayores que captan más luz y además son retroiluminados, lentes muy complejas que permiten también el paso de una cantidad mayor de luz, flashes mejores y sistemas operativos que ponen mucho cuidado en incluir un software de calidad y con más y más opciones.

    Esto no significa que sean mejores que todas las cámaras compactas del mercado, pero por poner un ejemplo, considero que el Lumia 1020 obtiene mejores resultados que mi Canon IXUS130 de 2010 y que tenía un precio de 250€ cuando salió al mercado y si además tenemos en cuenta la comodidad de eliminar un bulto más que llevar con nosotros la conclusión esta clara, ¿quién quiere comprarse una compacta hoy en día?

    Si alguien está haciendo las cosas realmente bien en este campo es Sony, consciente de que las compactas no tenían futuro ha diversificado sus productos en 3 categorías que si lo tienen. Primero se ha propuesto explotar los sensores para móviles, es uno de los mayores fabricantes y además ha logrado gran prestigio pues sus sensores se encuentran entre los mejores. En segundo lugar ha mejorado su gama profesional y semiprofesional de cámaras reflex, aunque el handycap de estas cámaras es la incompatibilidad de objetivos entre marcas, nadie quiere comprarse una Sony y no poder usar sus objetivos Canon o Nikon, y por eso Sony apuesta por precios muy competitivos, para captar nuevos usuarios. La tercera categoría y no por ello menos importante son las cámaras CSC, para no entrar en tecnicismos las definiremos como reflex sin visor óptico y de mucho menor tamaño. Son cámaras que si ofrecen ese plus de calidad respecto a una compacta normal, sus objetivos son intercambiables y además ofrecen diseños muy tentadores. No llegan al nivel de sofisticación de una DSLR pero si cumplen con las necesidades de aquellos usuarios dispuestos a desembolsar ente 500 y 1000 euros y que busquen un menor peso y volumen. 

    Todos aquellos fabricantes que no sean capaces de adaptarse y abandonar gamas de productos sin futuro corren el riesgo de ser el nuevo Kodak.  Si no tienes una actitud de canibalización interna sobre tus propios productos tarde o temprano vendrá alguien de fuera que lo haga y entonces será demasiado tarde. 

Cámaras digitales, adaptarse o morir


    Ayer leía dos noticias que aunque no tienen una relación directa están estrechamente ligadas. Por un lado Altera, una empresa que se dedica al desarrollo de procesadores anunciaba que Intel fabricará procesadores ARM para ellos, unas horas después Intel confirmaba la noticia y la blogosfera se llenaba rápidamente de artículos sobre ello. No es de extrañar tanto revuelo pues es un cambio de política importante por parte de Intel y desde luego tendrá importantes repercusiones. La otra noticia que quizás pueda pasar más desapercibida son los benchmarks del nuevo Ipad Air, la nueva tableta de los de Cupertino da unos resultados impresionantes en las pruebas de rendimiento, prácticamente doblando al Ipad 4.

    La noticia del rendimiento del Ipad Air es una más de tantas que salen a lo largo del año hablando de lo rápido que avanzan los dispositivos móviles, pero desde el blog Applesfera han querido poner en contexto la magnitud de estos resultados y buscando entre las puntuaciones de los dispositivos a los que han realizado esos benchmarks se han dado cuenta de que el nuevo Ipad supera a algunos ordenadores como el Macbook air del 2010 o incluso a algún modelo de Macbook Pro del 2010. Para ser más exactos el Ipad logra 2643 puntos frente a los 2501 del Macbook Pro 13" del 2010, o a los 2115 del Macbook Air de ese mismo año. Como bien indican en su noticia, son pruebas de rendimiento y no tienen en cuenta ni la duración de la batería ni las resoluciones a las que tienen que trabajar, porque si lo hicieran el nuevo Ipad ganaría de calle, con el doble de autonomía y casi el doble de resolución.

   La otra noticia tenía que ver con el anuncio de Altera de que Intel produciría procesadores ARM para ellos. Hace tiempo que se especulaba con que Intel fabricase procesadores para otros desarrolladores ya que tiene una gran capacidad de producción y sería un buen apoyo económico. Aunque Intel arroje unos resultados financieros saludables, podemos ver como su división destinada a dispositivos móviles tiene pérdidas y que el 60% de sus ingresos vienen del mercado de los ordenadores personales. En una era post-PC en la que las ventas de los ordenadores descienden trimestre tras trimestre esto puede ser preocupante en un futuro cercano, y si le sumamos la comparativa de los benchmarks del Ipad y de los Macbooks en la cual vemos como un dispositivo con procesador Intel X86 de hace 3 años se ve superado por un ARM actual, Intel debería preocuparse más aún. Es cierto que a nivel software los sistemas operativos basados en chips ARM están muy por detrás y que será un área donde se tendrá que trabajar mucho y duro, ya que un procesador ARM trabaja con órdenes más sencillas, por lo tanto para tareas complejas y en fuerza bruta son inferiores.

  
    La cuestión es que no todos los usuarios necesitan esa fuerza bruta, ni todos ellos son usuarios de complejos programas, la gran mayoría consumen contenidos. Por lo tanto no es descabellado que los ultrabooks o portátiles más básicos puedan equiparse con estos procesadores ARM, las ventajas que ofrecen tanto en precio, como en temperatura de funcionamiento o consumo energético los hacen ideales para estos fines. Con todos estos condicionantes Intel no puede obcecarse con los procesadores X86, tienen su hueco en el mercado pero no adoptar la tecnología ARM sería un grave error. Compañías como Qualcomm por ejemplo están creciendo muchísimo y muy rápidamente, e Intel podría tener serios problemas si no se adapta.

    El as que guarda Intel es su capacidad de producción y el proceso de fabricación, los chips que fabricarán para Altera serán en 14 nm frente a los 28nm de los procesadores ARM más potentes de la actualidad. Es un salto enorme, incluso comparándolos con sus procesadores X86 que aún no han dado el salto a ese tamaño. Esto es un claro ejemplo de la importancia que le da Intel, y hace muy bien. ¿Acabará Intel produciendo sus propios procesadores ARM? Yo creo que sí, aunque opino como mucha gente, que primero se aliará con Apple que está deseando depender menos de Samsung. Desde luego Intel hace lo correcto entrando en este mercado y más por hacerlo tan prudentemente y no arriesgarse a sacar un producto propio que no esté a la altura.

Intel y ARM